Sigo con la narración de mi visita al recientemente
reinaugurado Museo de la Catedral. Huelga decir que lo que me llevó allí no fue
la devoción o el fervor religioso; los no creyentes también pueden disfrutar la
belleza de las obras de arte expuestas y la elegancia del ala reformada del
edificio. Y al innegable atractivo del Museo desde el punto de vista artístico
y arquitectónico se añade también el aliciente arqueológico; de hecho, la razón
principal de mi visita fueron los hallazgos realizados en el subsuelo, en lo
que podría denominarse el cuarto nivel, durante las obras de remodelación.
Entre los elementos que se han vuelto a sacar a la
luz con las excavaciones está el aljibe de una fábrica de ladrillo y un pozo,
ambos del S.XVIII, junto con una noria del S.XVI. Se han destapado los cimientos
de varias columnas y muros de la Catedral, algunos aún existentes y otros ya derruidos,
de distintos periodos que se remontan al S.XIII; también se han dejado expuestos
unos pocos esqueletos del cementerio parroquial de San Pedro, de la misma época,
trasladándose el resto a las criptas de la Catedral. De época islámica hay
varios muros de edificios, cuyos cimientos están hechos con piedras talladas en
época romana, y restos del pavimento de un aljibe del S.XI. Retrocediendo en el
tiempo encontramos una estructura funeraria visigoda hecha también reciclando
sillares romanos… Pero los restos más antiguos y más interesantes se remontan aún
más atrás: un pavimento, un desagüe de alcantarilla, el porche de entrada a una
casa, el umbral de la puerta de otra y un par de muros, junto con una oxidada y
apenas reconocible reja de hierro, todo ello de época romana imperial, en torno
al S.II de nuestra era.
Lógicamente, estos elementos de diferentes épocas
están superpuestos unos con otros y a veces hace falta usar un poco la
imaginación después de leer las cartelas informativas, pero cuando por fin consigues
visualizar las distintas estructuras resulta muy emocionante, por ejemplo,
atravesar el umbral de una casa particular que fue habitada por conciudadanos tuyos
de hace dos milenios, nada menos… Y me dejo ya de cháchara: aquí tenéis la segunda
entrega de mis fotos del Museo, con enlaces relacionados en el título de cada imagen.
Espero que las disfrutéis a fondo.
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