lunes, 28 de octubre de 2013

Soñador de Sueños

La figura sentada en el desierto
Se asemeja a una estatua milenaria
Quieto, erguido, reloj de sol inmóvil
Con su sombra marcando cada hora
Es eterno habitante de las dunas
Hace tanto que ya no lo recuerda
Y en su vida de años incontables
No encontró ningún otro ser viviente
No lo inmutan ni el ruido del silencio
Ni el dolor de la arena abrasadora
Cuando el viento se alza enfurecido
La tormenta de arena no lo mueve
Y su túnica ajada lo camufla
Convirtiéndolo en parte del paisaje
Pero tanta quietud en apariencia
Se transforma por dentro en movimiento

La figura, marmóreo centinela
Piensa sueños en los que Otros viven
Aprendió a conseguirlo ya hace tiempo
Da sentido y razón a su existencia
Abre el paso para Otros al Oasis
Con los sueños que piensa para Ellos
Es el amo de llaves de las almas
Abre puertas, mas no para sí mismo
Las semillas que siembra entre las dunas
Son las luces que indican el camino
Hacia un sitio que él nunca ha pisado
Y a otros Seres que nunca ha conocido
Mas su suerte no le apena en absoluto
Y se alegra de la dicha de los Otros
Él entiende que es parte del destino
Así ha sido, es, y así será por siempre
 
 
La figura se tumba en el desierto
Cuando el sol atraviesa el horizonte
Cuando el manto de estrellas en el cielo
Tiñe todo de azul sobre la arena
Se recuesta de lado, pensativo
La cabeza apoyada entre los brazos
Se protege del frío de la noche
Y comienza a soñar sus pensamientos
Sueña que anda sin rumbo entre las sombras
Y que busca señales por las dunas
Que la luna menguante le sonríe
Con sus dientes de cráteres picados
Su avatar del ensueño anda perdido
Sin hallar el camino del Oasis
Y no hay rastro de alguno de los muchos
A los que él ayudó estando despierto

Mas la suerte esta noche le es propicia
Pues encuentra señales de los Otros
No los ve, pero sabe que han estado
Lo atestiguan las pisadas en la arena
Son pisadas en azul que le conducen
Por senderos para él desconocidos
Y tras largo caminar, sin darse cuenta
Se introduce en la puerta que no existe
Y la sal de sus lágrimas se mezcla
Con la sal de la arena del Oasis
Y se limpia los surcos de la cara
Con el agua cristalina del estanque
Se da cuenta, por fin, tras muchos años
Que cosecha los frutos que ha sembrado
Las semillas plantadas por el día
Se han tornado en los dátiles más dulces

Y el auténtico plan se le revela
Y comprende que es Uno con los Otros
Que su puerta es el sueño de otros muchos
Que su puerta por Otros es abierta
Que los sueños de muchos se transforman
Convirtiéndose en vida verdadera
Que llegar al Oasis es sencillo
Cuando alguien te muestra la manera
La figura siente el sol de la mañana
Abandona el Oasis, se despierta
Y comprueba asombrada que en la noche
Unas manos sin nombre la arroparon
Se incorpora despacio, abre los ojos...
Y descubre pisadas en la arena
Son pisadas en ocre que se pierden
En el mar de las dunas del desierto
 
 

5 comentarios:

Cancro dijo...

Qué casualidad, en estos días estoy leyendo "Shinué, el egipcio" que va mucho con este poema...

Kalonauta dijo...


Aunque la ambientación del poema pretende ser atemporal y no está relacionada con el Egipto antiguo ni moderno, sí es verdad que tienen en común un entorno desértico... En cuanto a la novela, no la he leído, pero no me importaría, porque parece ser que el autor se documentó muy bien sobre la vida en el antiguo Egipto. ¡Qué envidia me das, Cancro! ¡No sé qué pasa, que yo no encuentro tiempo para leer ni un solo libro! :-/ :-)

¡Un saludo!

Cancro dijo...

Sí, me refería al entorno desértico, que parece que se me pega últimamente.

El ratito antes de dormir que da para mucho ;)

HOPE dijo...

"Siempre habrá un futuro brillante para los que tienen la belleza en el corazón" Joseph Fourier.

Kalonauta dijo...


¡Qué bonita frase, Hope!

¡Nos vemos! :-)